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Los Millennials, una generación víctima de la imagen…distanciada de la lectura.

  • Foto del escritor: Influencia Digital
    Influencia Digital
  • 23 ago 2020
  • 3 Min. de lectura

Por Gudelio S. Escamilla


A finales de la década de los ochenta me convertí en estudiante de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Tamaulipas en el puerto de Tampico. Nuestra Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, como se denominaba en esa época, contaba con una biblioteca realmente digna, no solo por su extensión y comodidad, sino por la cantidad y variedad de documentos impresos que disponía. Era un lugar que frecuentábamos casi cotidianamente y es que, somos de la generación que no tenía otra alternativa, había que leer, implementar la investigación documental con base en libros, gacetas, revistas, periódicos o folletos. Descodificábamos símbolos mediante un proceso intelectual complejo, en esencia, poníamos en práctica la lectura, una manera de tener presente que pertenecíamos a la especie del homo sapiens.


El científico sueco Carlos Lineo, denominó a la especie humana como “Homo Sapiens” en su obra “Sistema de la Naturaleza”. Se basó en el rasgo biológico más característico del hombre y la mujer: sapiens significa sabio o capaz de conocer, considerando al ser humano como animal racional, capaz de comunicarse y pensar.


La televisión y posteriormente las nuevas Tecnologías de la Comunicación e Información, sometieron la imagen y sonido, principalmente a los jóvenes que están adheridos a los teléfonos inteligentes, videojuegos, tabletas, laptops y, en menor grado, a la televisión. Esta generación vive en su mundo virtual de donde difícilmente pueden estar desvinculados y este fenómeno reduce el interés por la lectura de todo tipo de texto. “El vídeo está transformando al homo sapiens, producto de la cultura escrita, en un homo videns para el cual la palabra está destronada por la imagen”. (Sartori, 1998).


Giovanni Sartori, plantea en “Homo videns” que los medios que producen imágenes y anulan los conceptos, atrofian nuestra capacidad de abstracción y con ella toda nuestra competencia de entender, la tecnología multimedia está destrozando radicalmente la naturaleza racional y simbólica del ser humano. Este efecto irreversible impacta sobre todo la generación digital que se ha alejado de los libros, revistas y periódicos. No está practicando la lectura porque le resulta un proceso mental complejo y aburrido al abstraer significados, articular palabras, encadenar enunciados y párrafos que estructuran un texto. Ante esta actitud de la generación Millennials es urgente buscar estrategias metodológicas para acercar a los “Homo videns” a la literatura, no solo en los ambientes de aprendizaje en el aula, sino en la casa y en cualquier lugar público: las bibliotecas, las librerías, las casas de cultura y hasta las plazas públicas. Siempre, encaminados a que los jóvenes sean conscientes de la importancia de activarse intelectualmente y vuelvan a demostrar la naturaleza de animal simbólico.


Ante el rechazo de los jóvenes bachilleres por la literatura, las autoridades de la Dirección General de Bachillerato, incluyeron en los programas de estudio de los Colegios de Bachilleres, dentro del ámbito de los nuevos escenarios literarios, “La literatura emergente”. Cuando analicé este bloque temático, me sorprendí, me quedé incrédulo por un momento… Resulta que algunos formatos de la llamada “Literatura emergente” no es literatura, es una degradación de esta bella arte. Solo por contar con un argumento sustentado en una obra literaria, quieren hacer pasar a la historieta, la novela gráfica, el cómic, los concretoons, la manga japonesa y hasta los poemojis por literatura. Señalando que se debe a la revolución de los modos de producción y difusión del arte escrito, influida por las herramientas tecnológicas digitales. No se debe confundir el formato por el cual se difunde la literatura, a la literatura misma, esta no puede tergiversarse. Recordemos que una obra literaria es un arte que expresa la belleza a través de las palabras, sí, palabras, letras, textos con determinadas marcas de literariedad, eso es literatura y debemos buscar estrategias para inculcar a los jóvenes la afición, el interés, el amor por la lectura de obras narrativas, poéticas y dramáticas, para que esta generación digital se acerque y sea sensible a la emoción estética a través del arte auténtico de las letras.


Es innegable que existe un grupo minúsculo de esta generación que tiene el hábito de la lectura, pero cada vez se reduce más ante lo atractivo que resulta la tecnología multimedia más sofisticada. La importancia de las TICs es insoslayable y debemos aprender a manejarlas para nuestro desarrollo progresivo en todos los ámbitos de la vida… pero sin dejar de lado la descodificación de palabras y, es que la lectura, como dice la escritora mexicana, Mónica Lavín “puede aliviar de soledad, de sed de belleza, de miopía. De claridad, gozo estético, compañía emocional y es siempre un reto intelectual.”


En fin, estamos ante un panorama complejo, ante el riesgo inminente de que esta generación Millennials pierdan su esencia como ser humano: ser un hombre sabio. Ser un animal, pero simbólico. (sic)


Gudelio Sánchez Escamilla

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