HIPNOSIS: UNA EXPERIENCIA. MITOS Y REALIDADES
- Influencia Digital
- 23 jul 2020
- 4 Min. de lectura
Por Juan Navarrete Lezama
Una tarde cualquiera, en un lugar entre la sierra norte de Puebla e Hidalgo, recibí la llamada, puedes imaginar el clima si te digo que es una zona boscosa, pero el día es soleado, aunque tal vez la charla pudo haber sucedido por la mañana o por la noche, un día antes o 2 semanas después, encontrándome en el desierto o en la playa. Pudo darse de manera presencial o vía inbox o whats app una de tantas madrugadas cuando la temperatura comienza a descender y el sueño empieza a llegar al sentir la comodidad de las sábanas, la almohada y el silencio o los sonidos intermitentes de fondo que enmarcan la sensación de tranquilidad antes de cerrar tus ojos.
Pluralidad, no importa el tema, total libertad… que bien se siente escuchar esas palabras –ojalá pudieras colaborar– –claro que sí– fue mi respuesta. Pasé unos días pensando en lo que escribiría, es una gran responsabilidad, la situación actual nos ha cambiado el panorama, y cada uno de nosotros lo vivencia de manera distinta, puesto que así también tenemos nuestra propia realidad, en el aspecto económico, político y social. Y decidí que lo más importante ahora era aportar, la posibilidad de que tú explores una herramienta útil para desarrollar las habilidades de tu capacidad mental, la hipnosis.
Al empezar a leer tal vez pudiste imaginar algunos de los escenarios que te describí de manera ambigua y general, la hipnosis pues es según Revenstorf (1998) un estado alterado de conciencia que se caracteriza por un marcado incremento de la receptividad de sugestiones, la capacidad de modificar la percepción y la memoria, y el funcionamiento fisiológico autónomo (actividad glandular, vasomotora, etc.). Este estado puede emplearse terapéuticamente para provocar cambios cognoscitivos, conductuales y somáticos.
Felicidades, si lograste imaginar vívidamente, significa que desarrollaste un trance hipnótico leve, como cuando vas en carretera, charlando agradablemente con una persona muy interesante y no te das cuenta de cuando pasaste algún determinado lugar o el tiempo se hace demasiado corto, también puede suceder que, ante una situación muy vergonzosa o dolorosa, el tiempo transcurra lento y un minuto te parezcan horas. Pero mejor es imaginar cosas agradables; estos son ejemplos de trances que se dan de manera natural, Milton H. Erickson se refería a la hipnosis como un estado natural de conciencia, en los 60s en un simposio organizado por la universidad Colgate, definió la hipnosis como un estado de conocimiento o un estado de predisposición a usar lo aprendido (Erickson, 1967).
Desafortunadamente en los espectáculos de teatro, se ha desvirtuado a la hipnosis como herramienta útil a la salud y al aprendizaje; incluso existen psicólogos y profesionales de la salud que sostienen creencias equivocadas a cerca de la hipnosis, es pues momento de desmitificar y poner a tu criterio las realidades:
Mito: La hipnosis es un tipo de sueño.
Realidad: La hipnosis es un estado de conciencia especial producido por un foco concentrado de atención, diferente del estado de sueño.
Mito: En la hipnosis se pierde la conciencia.
Realidad: La persona no está inconsciente, puede tener mayor conciencia sobre sus asuntos personales de la que tiene cotidianamente. El estado de trance es un estado de creatividad incrementada.
Mito: Solo los sugestionables o débiles entran en trance.
Realidad: La facilidad para entrar en trance es más bien una habilidad y como tal puede desarrollarse; de hecho, Bandler y Grinder (1993) dicen que la gente es más sugestionable en forma negativa en el estado llamado “despierto” que en el trance hipnótico.
Mito: Las personas hacen todo lo que se les ordene en estado de trance.
Realidad: Durante el trance si hay un estado incrementado de sugestionabilidad, pero la persona está consciente y aún en estado profundo, no haría algo que vaya contra sus principios éticos y morales.
Mito: La hipnosis puede ser peligrosa para la salud mental de la persona hipnotizada.
Realidad: Lo más común en un trance hipnótico es un estado de relajación mental y corporal, lo que nos puede llevar a una regeneración y mejor comunicación entre cuerpo-mente, a menos que lo realice una persona sin preparación y sin ética, lo cual puede ocurrir con cualquier herramienta o técnica.
Mito: Con la hipnosis puedes borrar y reprogramar la mente, el hipnotizador tiene el control y ordena cúrate y olvida tus traumas y el paciente obedece al estar bajo hipnosis y se curará.
Realidad: El trance hipnótico es solo un estado especial y adecuado para facilitar el proceso terapéutico, el resultado depende de la capacidad del terapeuta y la voluntad de cambio del paciente. En una actitud colaborativa el paciente puede explorar sus problemas, reestructurar y organizar sus percepciones.
Mito: El paciente puede quedarse dormido y no despertar.
Realidad: Cuando se deja una persona en estado de trance, lo que no ocurrirá si lo induce alguien responsable, lo que puede pasar es que el hipnotizado llegue a entrar en un estado fisiológico de sueño y después despierte como de una siesta.
Mito: La hipnosis es un estado extraño, artificial, inducido por expertos en la materia
Realidad: Es un estado natural. Todos entramos en trances ligeros todos los días incluso varias veces al día.
Mito: Bajo hipnosis todo se recuerda con detalle y exactitud.
Realidad: Existe una mayor facilidad para recordar situaciones y acontecimientos, sin embargo, al existir un incremento en la creatividad, las fantasías y pensamientos pueden ser vivenciados como recuerdos sin ser reales o bien pueden ser recuerdos contaminados con la imaginación o fantasías.
Es pues la hipnosis una herramienta que libre de supersticiones y mitos, puede ser la facilitadora de un estado óptimo que de manera sencilla puede regalarte momentos de relajación corporal y mental, o bien guiado por un terapeuta, obtener un grado óptimo de exploración, regeneración y reorganización de tus percepciones lo que derivará en una óptima calidad de vida.
A fin de cuentas, tú sabes que solo se vive una vez.

Juan Navarrete Lezama.
–Licenciado en psicología Egresado de la facultad de psicología de la universidad Autónoma de San Luis Potosí.
–Docente en Bachillerato del Estado de Hidalgo.
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